Las relaciones sexuales y los padres

Cada año muchos jóvenes, casi un cuarto de los jóvenes que han experimentado con el sexo, van a padecer de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). Clamidia y gonorrea son las enfermedades más comunes entre la juventud.

El VIH (virus que produce el Sida) se convierte cada vez más en la epidemia de la juventud. Un cuarto de todas las nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre personas menores de 22 años y la mitad de todas las nuevas infecciones ocurren entre personas menores de 25 años.
A pesar de estas escalofriantes estadísticas, muchos padres no saben o no quieren aceptar que sus hijos pueden estar experimentando con el sexo. Un estudio a madres con hijos adolescentes reveló que el 70% de las mamás creían que sus hijos varones todavía no habían tenido relaciones sexuales.
¿Cuál es el papel de los padres?

Los hijos aprenden observando y escuchando a sus padres. La manera en que los padres de familia reaccionan ante las preguntas de sus hijos (al contestar, al no contestar, enojado) es la forma en que ellos aprenden a reaccionar ante las situaciones difíciles.

Las pláticas sobre las relaciones sanas deben comenzar a temprana edad y evolucionar en la medida en que los hijos maduran. Hablar con los hijos desde pequeños, darles el nombre apropiado a las diferentes partes del cuerpo, enseñarles a como decir no, y tomar las precauciones de salud necesarias puede ser el trampolín de su futura educación sobre la sexualidad y la prevención del VIH.

Contrario a la opinión popular, los jóvenes sí quieren tener a sus padres como guía. A los jóvenes les gustaría hablar más a menudo con sus padres sobre temas relacionados con el VIH, sin embargo, esto puede resultar un poco difícil. Hablar sobre el tema de la sexualidad con los hijos puede ser una experiencia a veces difícil para el adulto.Los padres pueden influir en el comportamiento sexual de sus hijos en tres formas: comunicándose con ellos, dándoles el ejemplo y supervisándolos directamente.

Cuando muchos de los adultos de hoy eran niños, sus padres no les hablaron de sexo o de otros temas. Los padres de hoy supondrían hacer lo contrario con sus hijos, pero carecen de la experiencia para guiar a los hijos.

Muchos padres tienen el concepto equivocado de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar la curiosidad ocasionando la experiencia sexual prematura o que darles información sobre el control de la natalidad o anticonceptivos es darles luz verde para empezar las relaciones sexuales. Algunos padres creen que el hecho de hablar sobre la homosexualidad podría influir en la orientación sexual del hijo(a). De hecho, la plática honesta entre padres e hijos puede contribuir al retraso de la actividad sexual, evitar las conductas de riesgo y promover la socialización sexual sana en la juventud.