Megan Watier, una quiropráctica, espera a su segundo hijo en mayo. Puede que se sorprenda al saber que ella está regularmente en el piso del gimnasio haciendo burpees y haciendo sonar las campanas.

Ella le dijo a un socio de Local10.com que sus entrenamientos de CrossFit fueron realmente útiles durante su primer embarazo, por lo que decidió continuar su régimen de ejercicios de alta intensidad durante su segundo embarazo.

«Estoy muy consciente de los movimientos que fomentan la fuerza para el trabajo de parto y el parto más que cualquier otra cosa», dijo Watier. «Ya no estoy preocupada por eso”

Solía ​​haber temores de que el ejercicio vigoroso podría debilitar el suministro de sangre al feto, pero las investigaciones han demostrado que un embarazo sedentario está asociado con la diabetes gestacional y otros riesgos.

Las organizaciones nacionales, como el Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos, tienen pautas conservadoras para el embarazo y dicen que la actividad física no aumenta el riesgo de aborto involuntario.

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