Cuidado con el champú que usa, pues podría producirle cáncer de mama
Es posible que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos le haga sentirse reconfortado erróneamente sobre los productos químicos utilizados en la fabricación de productos de uso cotidiano.
Por ejemplo, la FDA prohíbe el uso del mercurio, cloroformo y otras nueve sustancias, en los productos para el cuidado personal. Sin embargo, al saber que la Unión Europea (UE) prohíbe el uso de más de 1 300 productos químicos en sus productos para el cuidado personal, es posible que ahora no se sienta tan protegido; y si es así, estaría en lo correcto.
El número de químicos restringidos por la FDA es aún más ridículo si considera que hay más de 84 000 químicos diferentes en los productos para el cuidado personal y solo se ha evaluado la seguridad del 1 % para uso en humanos.
La diferencia entre el uso de químicos en la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos es que en la UE los fabricantes deben comprobar que los químicos no representen un peligro para la salud antes de ser permitidos.
Sin embargo, en los Estados Unidos se pueden agregar sin pruebas de seguridad obligatorias y solo pueden eliminarse después de que haya suficiente cantidad de personas que hayan presentado algún problema que capte la atención de los grupos de vigilancia o FDA.
A diferencia de los hombres, las mujeres corren un mayor riesgo de exposición, ya que utilizan de forma habitual casi el doble de productos al día. Según la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos, los productos no requieren la aprobación de la FDA antes de ser comercializados. Según la FDA, la agencia supervisa los informes de seguridad de los productos, aunque a menudo la información disponible es limitada y muchos consumidores nunca reportan los problemas que experimentan.
Si hay suficiente información para respaldar una reclamación de que el producto causa daños, la FDA puede solicitar una orden judicial, la incautación de los productos, iniciar una acción penal o solicitar a la empresa el retiro comercial del producto. Sin embargo, no tiene la capacidad de forzar un retiro comercial.
Lo último que esperaría encontrar en su champú, acondicionador, limpiador facial o cosméticos son agentes cancerígenos conocidos. Pero, si vive en los Estados Unidos, probablemente sea el caso.
En 2009, la coalición Campaign for Safe Cosmetics, que incluía a casi 175 grupos sin fines de lucro, comenzó a presionar a la empresa Johnson & Johnson para que eliminara dos productos químicos peligrosos, el 1,4-dioxano y el conservador formaldehído, ambos probables agentes cancerígenos humanos, presentes en sus productos, incluyendo a los destinados para bebés.
Finalmente, tres años después, la empresa acordó eliminarlos de forma gradual, y para el 2014 los químicos fueron eliminados de su champú para bebés.
Químicos en productos para el cuidado personal pueden envenenar el suministro de agua
En los productos para el cuidado personal, 1 de cada 8 de los más de 84 000 ingredientes son pesticidas, toxinas reproductivas, disruptores hormonales o químicos industriales. Muchos de estos son desengrasantes, surfactantes o plastificantes que no son biodegradables ni pueden eliminarse de las aguas residuales antes de liberarse en el medio ambiente.
Algunos de los compuestos químicos más peligrosos incluyen al 1,4-dioxano, parabenos, ftalatos y tolueno. Una vez utilizados a través de los productos para el cuidado personal, ya sea champú, limpiador facial, loción o cosméticos, un gran porcentaje se elimina por medio del desagüe.
El 1,4-dioxano es uno de esos químicos que se encuentran usualmente en champús y jabones que son muy jabonosos. Este químico también se encuentra comúnmente en decapantes de pintura, tintes y barnices. No puede biodegradarse de forma sencilla, por lo que permanece en el suministro de agua.
De hecho, hace apenas un año se detectó una cantidad significativa en el suministro de agua en Long Island, lo que causó alarma entre los funcionarios de salud pública.
Pero, esto no solo es un problema de la costa este, ya que el químico se ha detectado en el agua potable alrededor de los Estados Unidos, ya que se ha encontrado en más de 31 sitios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en su Lista de Prioridades Nacionales. Según la EPA, el 1,4-dioxano puede migrar fácilmente hacia las aguas subterráneas y resistir la biodegradación en el suelo y agua.
Según la Organización Mundial de la Salud, este problema es omnipresente en todo el mundo. El 1,4-dioxano es un tóxico ambiental potente, catalogado como un posible agente cancerígeno, que puede causar intoxicación en los órganos, especialmente en el sistema respiratorio, hígado y riñones. También, es un irritante para la piel y ojos, y un ingrediente común en los champús.
Ya que la FDA no requiere que los fabricantes enlisten todos sus ingredientes químicos, podría ser difícil saber si el producto que utiliza contiene este disolvente, o cualquier otro químico riesgoso. Puede buscar sus productos en la base de datos Skin Deep del EWG para saber que ingredientes químicos usan.
Otro químico que se encuentra comúnmente en los productos para el cuidado personal que puede filtrarse en el agua subterránea, y envenenar el suministro de agua potable, son los parabenos.
Estas sustancias químicas se utilizan ampliamente en cosméticos y otros productos para el cuidado personal, para conservar el producto y evitar el desarrollo de bacterias, levaduras y moho. También, son disruptores endocrinos, ya que imitan al estrógeno en el cuerpo y pueden alterar su propio sistema hormonal.
Los parabenos reaccionan fácilmente con el cloro libre, lo que puede crear subproductos halogenados que no puedan filtrarse fácilmente del agua potable y son más persistentes en el medio ambiente que las especies de parabenos originales.
Se han encontrado parabenos en aguas subterráneas en múltiples áreas alrededor de los Estados Unidos, ya que se usan y eliminan comúnmente en aguas residuales y basura.
El 1,4 dioxano puede absorberse y consumirse
El 1,4-dioxano es un ingrediente común en los champús para el cabello y jabones corporales que producen una generosa cantidad de espuma. En 2013, la EPA realizó su propia evaluación de riesgos y descubrió que era un «probable agente cancerígeno para humanos».
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) determinaron que una persona puede estar expuesta a esta sustancia química a través del aire, piel o consumirlo por medio del agua. El químico puede absorberse fácilmente en los pulmones y tracto gastrointestinal, pero es menos notable a través de la piel.
El cuerpo puede absórbelo con facilidad en dosis más bajas, al exponer la piel, o en bajas concentraciones a través del tracto gastrointestinal. Cuando son dosis más altas, su cuerpo excreta el exceso a través de los pulmones y riñones, y se elimina sin acumularse. Ya en los años 70, los CDC medían niveles de 1 parte por billón (ppb) de 1,4-dioxano en los suministros de agua municipales.
En 1988, California incluyó el 1,4-dioxano en su lista oficial de químicos cancerígenos al identificar los peligros que representaba para sus habitantes. Cada año, la EPA realiza una evaluación de los químicos que se utilizan actualmente, con base en el mandato de la Ley de Control de Sustancias Tóxicas aprobada en 1976.
En los próximos meses, la EPA evaluará 10 químicos tóxicos, incluyendo al 1,4-dioxano. Sin embargo, la agencia aún no ha tomado la decisión de regular el químico bajo la Ley de Agua Potable Segura que controla los niveles de químicos encontrados en el agua potable. El científico principal del EWG, David Andrew, comentó sobre la evaluación del 1,4-dioxano planificada por la EPA, al indicar que:
«El hecho de que un químico pueda escalar hasta el primer lugar de esta lista [TSCA] realmente es una advertencia sobre una posible contaminación ambiental, así como sus efectos residuales en la salud».
Actualmente, la EPA ha establecido un límite de 0.35 partes por billón (ppb) en los suministros públicos de agua, para mitigar el riesgo de cáncer, pero esto no es un límite legal.
Una base de datos de la EPA demuestra que ahora los 27 estados tienen cantidades de 1,4-dioxano en niveles superiores a este, lo que puede elevar el riesgo de absorción a través de la piel al bañarse bajo la regadera y tina de baño, una vía de fácil acceso al cuerpo.
Parabenos en productos de belleza pueden elevar los costos de la atención médica
Los parabenos son conservadores que se utilizan comúnmente en desodorantes, cosméticos y champú. Fueron introducidos en los años 30 y son inodoros, insípidos e incoloros, lo que los convierte en un ingrediente perfecto para un producto cosmético, ya que no alteran la experiencia del consumidor.
Los científicos también han encontrado parabenos en casi el 90 % de los productos en los estantes de los supermercados, lo que dificulta aún más poder evitar la exposición.
Su estructura química puede imitar al estrógeno, lo cual significa que son disruptores endocrinos. Continua el debate sobre si los parabenos son responsables del desarrollo del cáncer de mama en las mujeres.
Sin embargo, en un estudio de Inglaterra, los investigadores encontraron parabenos en el 99 % de las biopsias de cáncer de mama tomadas en 160 muestras de tejido. En el 60 % de esas muestras se detectaron los cinco ésteres de parabenos.
Además, el estudio reveló concentraciones más altas de ésteres de parabenos en el cuadrante superior del tejido mamario y el área axilar donde generalmente se aplican los antitranspirantes.
Asimismo, hay pruebas de investigación de que la exposición a parabenos puede disminuir los niveles de testosterona en los hombres y ser un factor coadyuvante en casi el 60 % de los hombres que padecen de ginecomastia o tejido mamario crecido.
Los hombres experimentan otro padecimiento médico importante por la exposición a parabenos que puede tener un efecto a largo plazo en la población. Los bajos niveles de testosterona después de la exposición a parabenos pueden deteriorar la calidad del esperma y generar tasas de fertilidad más bajas.
Los investigadores encontraron que las concentraciones de ésteres de parabeno en la orina de los participantes estaban fuertemente relacionadas con un incremento en el porcentaje de espermatozoides que presentaban una morfología anormal y el esperma con ADN dañado.
Se tomaron muestras de 315 hombres que se presentaron en una clínica de fertilidad con problemas reproductivos. La autora principal, Joanna Jurewicz, Ph. D., del Instituto Nofer de Medicina Ocupacional en Polonia, recomendó:
«Hemos observado que los parabenos pueden influir en la calidad del semen. «Evitar los parabenos es muy difícil porque su uso es muy generalizado, pero podemos tratar de minimizar la exposición al tratar de utilizar solamente productos para el cuidado personal con información en la etiqueta que indique que tales productos no contienen parabenos».
El estudio actual encontró una relación entre el butilparabeno y esperma con una forma, tamaño y motilidad anormal, y una conexión entre el etilparabeno y el esperma que solo tiene un tamaño y forma atípicos.
Químicos en cosméticos están ligados con importantes riesgos para la salud
Durante el 114. º Congreso de los Estados Unidos (2015 a 2016), la Senadora Dianne Feinstein (D-CA) presentó el proyecto de ley 1014 denominado Ley de Seguridad de los Productos para el Cuidado Personal como un medio para abordar los vacíos jurídicos y regular la estructura de presentación de los productos para el cuidado personal.
Muchos grupos de consumidores apoyaron el proyecto de ley, que se remitió a la Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, donde hasta el día de hoy continua en proceso.
Este proyecto de ley fue diseñado para otorgarles a las agencias federales mayor capacidad para eliminar los químicos dañinos de los productos que pueden adquirirse en las tiendas. Los riesgos de los químicos que se encuentran en los productos para el cuidado personal no se limitan al sistema reprodu
ctivo ya que muchos no son sustancias inertes y pueden tener actividad biológica.
Los científicos especulan que 1 de cada 5 tipos de cáncer podrían desarrollarse después de exponerse a químicos ambientales, incluyendo a los químicos que se consideraron «seguros» por sí solos.
Sin embargo, un análisis encontró que el efecto acumulativo de los químicos que no son cancerígenos puede actuar en coordinación para producir actividad cancerígena en los sistemas de órganos, células y tejidos.