Relájese respirando

La respiración y la relajación van unidas y te permiten estar consciente de las tensiones que hay en tu cuerpo. Asimismo, esto influye favorablemente en tu estado de ánimo, puesto que existe una relación recíproca entre la forma de respirar y las emociones.

Aunque es importante que no te obligues a respirar de una manera poco natural, especialmente durante las contracciones, te será útil conocer los niveles para inhalar el aire y adquirir la confianza suficiente para relajarte.

Actividad en pareja

– Siéntate cómodamente de espaldas a tu compañero.

– Baja los hombros y relaja el rostro y las manos.

– Pídele a tu pareja que coloque sus manos firmemente arriba de la cintura.

-Trata de mover las manos de tu compañero cada vez que respiras inhalando por la nariz y exhalando por la boca.

– Concéntrate en botar el aire lentamente como un suspiro, la inhalación vendrá naturalmente. No hables. Tu pareja debe esperar hasta que el ritmo de tu respiración sea estable. Este método puedes usarlo cuando quieras calmarte y también al principio y al final de cada contracción.

– Si tienes más niños y especialmente si no duermes bien durante la noche, trata de reposar recostada en un sofá con las piernas elevadas mientras tus hijos juegas cerca de ti.

Aprende a relajarte sin que el ruido y las distracciones del ambiente interrumpan tu concentración. Esta es una práctica excelente para el trabajo de parto, en particular si este transcurre en el hospital donde es poco probable que puedas encontrar tranquilidad absoluta.

– Si encuentras difícil respirar profundamente o sientes que no tienes mucho espacio para realizar el ejercicio, no trates de forzarte.

– Pídele a tu compañero que suba las manos por tu espalda y ensayen nuevamente. A medida que aprenda a relajarse, su respiración será más profunda.

Relajación rítmica

– Pídele a tu compañero que coloque las manos sobre tus omoplatos.

– Comienza a respirar superficialmente, con la boca abierta, inhalando y exhalando con los labios ligeramente separados.

– Mantén la lengua contra los dientes inferiores para que la boca no se seque. Mientras te relajas al ritmo de la respiración superficial sentirás una vibración dentro del cuerpo, semejante a un eco.

– Respira profundamente de vez en cuando, si sientes la necesidad de hacerlo. Esta respiración te ayudará en los momentos más dolorosos de las contracciones difíciles : será tu forma natural de respirar durante el trabajo de parto.