Intuición de Madre

Muchas veces creemos que hay que hace falta tener muchos hijos para desempeñarnos correctamente en nuestro rol de madre; realmente esto no es así, las mamás aunque sean primerizas desarrollan una parte instintiva desde el primer contacto con su bebé que las ayuda a desenvolverse bien en sus cuidados. El instinto se vuelve más sensible en la medida en que la mujer se mantenga cerca de su bebé todo el tiempo posible.

La lectura de libros, el acudir a un curso u oir consejos de amigas o familiares que tengan hijos no hace que la madre sea asertiva en sus actuaciones. El instinto es producto del contacto directo entre la mamá y su bebé, por eso es tan importante mantenerse presente en el desarrollo de este nuevo ser.

Observar al bebé con detenimiento le permite a la mamá entender las expresiones de su hijo (pucheros, sonrisas, encogimiento de piernas, distintos tipos de llanto). En la medida en que como mamá te vuelvas más observadora podrás entender y apoyar a tu hijo en sus vivencias y sentimientos.

En el momento en que la mamá comienza a mirar a su bebé también va logrando que la intuición sea la joya más preciada para que la relación con su bebé sea maravillosa. Muchas veces la mamá detectará un quebranto y sospechará que su bebé tiene fiebre con sólo mirarlo. La intuición es útil hasta para entender con que personas su hijo se siente a gusto y con quienes no, como también que lugares le agradan y cuales le desagradan.

La intuición maternal consiste en entender cada momento de su bebé. No te preocupes si sientes que no tienes desarrollada la intuición maternal, día a día la irás desarrollando. Recuerda lo más importante es que te sientas cerca de tu bebé y no enredarte en consejos de otros ni en vivencias de otras madres.