El cerebro de embarazo es real (Parte II)

Por: Lauren Burke Meyer

La comida también es divertida. Cuando mi esposo me preguntó qué quería beber para desayunar, le dije yogur. En mi defensa, tenía un niño pequeño trepando por mi pierna y sostenía yogur en mi mano, así que esto tiene sentido para mí. En otra ocasión, escribí «café» en mi búsqueda de Instacart y recibí cientos de opciones. Tendría que limitar mi búsqueda un poco si quisiera localizar las cápsulas de taza Keurig de asado francés de Starbucks antes de que llegara este bebé.

Por último, casi me da vergüenza compartirlo, recientemente confundí la pronunciación de «Sbarro» y «Subaru». Debería ir a tomar un poco de pizza Sbarro y hacer una prueba de manejo en un Subaru para asegurarme de no volver a cometer este error.

Ahora me doy cuenta de que todos estos son de mi segundo embarazo, por lo que debe significar que está empeorando. Sin embargo, no debo olvidar mi primer momento cerebral durante el embarazo. La tarea era sencilla: comprar papel de regalo. En mi defensa, había opciones limitadas en el ‘Rite Aid’. Sin embargo, me llevé a casa por error celofán, por lo que el destinatario del regalo no recibiría ninguna sorpresa gracias a su brillo claro y transparente.

Este es solo el punto de partida, y ni siquiera he empezado a mencionar los momentos cerebrales de mi mamá. Lo guardaré para otro momento.

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