Bultos en los senos
Los especialistas afirman que el 80% de los tumores de mama son benignos (no cancerosos), sin embargo, es importante que las mujeres se realicen constantemente el autoexamen y asistan a consultas médicas para determinar que todo está bien con su salud.
¿Qué comprueba el médico durante la cita?
• Confirma que, efectivamente, la mujer tiene un bulto o protuberancia en el seno
• Determina si hay otros bultos
• Evalúa el tamaño, la forma, la movilidad y la sensibilidad del bulto
• Determina si la mujer tiene bultos en las axilas
• Evalúa el pezón en busca de cambios de apariencia como hoyuelos, así como también piel fruncida, con escamas o inflamada
• Examina si del pezón sale una secreción
¿Cuáles son las causas más comunes de los tumores benignos de mama?
• Enfermedad fibroquística de mama: Durante los ciclos menstruales, los cambios hormonales pueden ocasionar cambios en los senos, tales como la aparición de bultos o sensibilidad. Las mujeres con la enfermedad fibroquística de mama pueden producir bultos suaves o duros, solidos o llenos de liquido, asi como también pueden causar el engrosamiento del tejido mamario.
• Mastitis: La mastitis es una infección causada por bacterias que entran en los conductos de la leche a través del pezón, la cual se produce en las mujeres que están amamantando. Esta infección puede ser leve o producir abscesos graves que ameritan drenaje quirúrgico para curar
• Papiloma intraductal: Son pequeños tejidos que aparecen en el conducto mamario cerca del pezón, son muy sensibles, lo cual puede ocasionar que aparezca una secreción sanguinolenta en el pezón. Este problema suele producirse en mujeres entre 45 y 50 años de edad.
• Fibroadenomas: Los fibroadenomas son tumores benignos de mama y se caracterizan por ser sólidos, redondos y con bordes lisos. Estos tumores aparecen con mayor frecuencia en las mujeres comprendidas entre 20 y 30 años de edad.
• Necrosis grasa traumática: Esta causa de tumores benignos en los senos no es muy común y se produce por un golpe o traumatismo repentino en el pecho, lo cual ocasiona que la grasa se divida en trozos redondos, duros y firmes que, por lo general, no producen dolor.