Ejercicio de alta tensión relacionado con la pérdida precoz del embarazo (Parte I)

En mujeres con antecedentes de aborto espontáneo, los niveles más altos de actividad física se asociaron con un mayor riesgo de pérdida de embarazo subclínica o muy temprana, según una nueva investigación de la Universidad de Massachusetts Amherst. Entre las mujeres con embarazo confirmado, la actividad física y el riesgo de aborto espontáneo no estaban relacionados.

«El riesgo relacionado con la actividad física es diferente para el fracaso del embarazo cerca del momento de la implantación en comparación con el de la pérdida clínica posterior del embarazo», escribe el autor principal Lindsey Russo, Ph.D. estudiante que trabaja con el autor principal Brian Whitcomb, profesor asociado de epidemiología en la Facultad de Salud Pública y Ciencias de la Salud. Su estudio, que arroja nueva luz sobre la cuestión de la actividad física y el embarazo muy temprano, fue publicado recientemente en la revista ‘Fertility and Sterility’.

«El período de implantación puede representar un momento de vulnerabilidad, donde la actividad de alta tensión podría presentar un riesgo de pérdida de embarazo subclínica o muy temprana», agrega Russo, aunque los investigadores dicen que se necesitan estudios más grandes para examinar más a fondo el problema. «Hubo aproximadamente un riesgo dos veces mayor de pérdida prematura del embarazo para las mujeres que eran muy activas en comparación con las que eran menos activas».

La pérdida subclínica del embarazo puede ser difícil de detectar porque pueden ocurrir antes de que una mujer se dé cuenta de que está embarazada. «Pudimos abordar una brecha interesante en la literatura, donde ha habido evidencia contradictoria de si la actividad física puede tener un efecto negativo, beneficioso o no en el embarazo», dice Whitcomb. «La determinación de estas fallas muy tempranas del embarazo requiere pruebas de laboratorio y recolección diaria de muestras para identificar embarazos y pérdidas. Pocos estudios pueden hacer esto».

Los investigadores analizaron los datos del ensayo “Efectos de la aspirina en la gestación y la reproducción (EAGeR)”. Whitcomb, que trabajaba en los Institutos Nacionales de Salud, participó en el ensayo original de cuatro años, que reclutó a mujeres entre 18 y 40 años con una o dos pérdidas de embarazo que intentaban concebir entre 2007 y 2011.

 

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