“Los consejos de salud dados a las mujeres en el embarazo a menudo pueden ser propensos a cambiar, lo que puede ser confuso y preocupante. Incluso hasta hace unos años les dijeron que estaba bien beber una o dos unidades una o dos veces por semana. Pero en enero de 2016, los directores médicos redujeron estas pautas a nada en absoluto y dijeron que no había un nivel de alcohol «seguro» para beber durante el embarazo.

«Sin embargo, vivimos en el mundo real y si una mujer toma una copa de vino antes de darse cuenta de que está embarazada, no debería alarmarse demasiado, sino hablar con su partera para tranquilizarla».

Sin embargo, cuando se trata de beber con moderación durante el embarazo, Livingstone dice que todavía queda una visión de «bueno, no me hizo ningún daño». Después de todo, hubo un momento en que los médicos solían recomendar beber durante el embarazo para aliviar el estrés de las madres.

Pero, como fumar antes, la seguridad de beber durante el embarazo comenzó a ser cuestionable. No menos importante cuando se descubrió el síndrome de alcoholismo fetal en 1973.

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