La edad en los hombres y el embarazo

No sólo las mujeres presentan dificultades para concebir después de los 35 años, sino también los hombres. Aunque en ambos sexos los problemas de fertilidad se presentan con el pasar de los años, los hombres y las mujeres tienen un reloj biológico diferente.

¿Por qué ocurren los problemas de fertilidad masculina?

A medida que el hombre envejece produce una menor cantidad de espermatozoides, los cuales son de menor calidad con el pasar de los años. Por ello, la edad es un factor que está estrechamente relacionado con la fertilidad, ya que sin espermatozoides sanos no se puede fecundar el óvulo, por lo que no se logra el embarazo.

¿Cuáles son las probabilidades de lograr el embarazo en hombres mayores de 40 años?

Los estudios realizados han demostrado que los hombres mayores de 40 años tienen una menor probabilidad de lograr el embarazo. De hecho, una mujer en su etapa fértil tiene un 25% menos de probabilidades de concebir, si su pareja masculina tiene 40 años o más. Asimismo, el estudio concluyó que una mujer de 35 a 37 años de edad tiene un 50% menos de posibilidades de quedar embarazada, si su pareja tiene 40 años o más.

¿Cómo puede afectar al bebé?

Los problemas de fertilidad no son la única consecuencia de intentar concebir después de los 40 años. Los especialistas indican que el bebé de un hombre mayor o igual a dicha edad tiene mayores probabilidades de:

  • Presentar problemas de salud
  • Tener dificultades de aprendizaje durante su infancia
  • Menor capacidad para relacionarse
  • Tener trastorno bipolar
  • Esquizofrenia
  • Autismo

¿El esperma se ve afectado por la edad?

Tal y como se dijo anteriormente, el esperma se ve afectado a medida que pasan los años. Los especialistas afirman que los espermatozoides de hombres de 40 años o más tienden a mostrar más signos de daño en el ADN.

El conteo, motilidad y calidad de los espermatozoides se irá reduciendo progresivamente a medida que el hombre envejece. Además, la diabetes, el sobrepeso, la mala alimentación y los hábitos nocivos también pueden incidir en la calidad del esperma.