Consejos para lograr el embarazo

El acto de concebir no se logra tan fácilmente, pese a lo que muchas personas creen. La desinformación en torno a este tema, los mitos de la fertilidad y los rumores que se han suscitado provocan que las personas crean que concebir se logra con mucha facilidad, lo cual no es cierto.

Por ello, ofrecemos una serie de datos que le servirán de ayuda para identificar qué es cierto y qué no en cuanto a la fertilidad y a las posibilidades de concebir.

¿Con qué frecuencia se deben tener relaciones sexuales?

Gran cantidad de personas que intentan concebir procuran tener relaciones sexuales después de la ovulación lo cual, paradójicamente, sólo reduce las posibilidades de la pareja para lograr el embarazo. Después de que se produce la ovulación, el óvulo sólo es viable durante 24 horas, por lo que es muy probable que la pareja pierda la oportunidad de lograr fecundar dicho óvulo.

Por ello, los expertos recomiendan que la pareja tenga relaciones sexuales unas dos o tres veces por semana, debido a que el esperma se mantiene en el tracto reproductivo femenino durante 3 o 4 días. Por ello, si ocurre la ovulación, habrá esperma para fecundar el óvulo. En otras palabras, cuanta más veces la pareja tenga relaciones sexuales, más serán las oportunidades de poder concebir.

¿Es recomendable tener relaciones sexuales todos los días?

Se tiene la equivocada idea que tener «demasiado sexo» es perjudicial cuando se está intentando concebir, es decir, tener relaciones sexuales diariamente, lo cual es totalmente falso. Los estudios realizados en cuanto este tópico han demostrado que las parejas que tienen relaciones sexuales de manera diaria son ligeramente más propensas a lograr el embarazo que aquéllas que practican el coito en días alternos.

¿El estrés afecta la fertilidad?

Si bien son pocos los estudios en este sentido, algunos especialistas han relacionado los altos noveles estrés con problemas de fertilidad. Esto ocurre porque los niveles hormonales del cuerpo pueden verse afectados por el estrés, por lo que afecta la probabilidad de lograr el embarazo.

De hecho, los especialistas han concluido que aquéllas mujeres que se someten a tratamientos de fertilidad y han tenido una actitud relajada y optimista lograron mejores resultados que aquéllas mujeres que se mostraban pesimistas sobre su capacidad de concebir. Por ello, lo más recomendable es relajarse y no obsesionarse con el tema.

¿La posición sexual afecta la posibilidad de concebir?

La posición sexual es quizá uno de los mayores mitos sobre la fertilidad. Muchas parejas creen que la posición y el tiempo de penetración influirán en las posibilidades de lograr el embarazo, lo cual es falso. El esperma no puede salir de la vagina una vez que el hombre haya eyaculado, por lo que la posición en la que se practiquen las relaciones sexuales no influirá en la concepción.

¿»Almacenar« el esperma mejora las posibilidades de concebir?

Muchas personas piensan que no eyacular durante días se traduce en almacenamiento de espermatozoides, por lo que hay una mayor probabilidad de concebir. Esto es totalmente falso. Día a día se producen millones de espermatozoides en los testículos y muchos expertos aseguran que el esperma «almacenado» puede ser de una calidad inferior y hasta obstaculizar la producción de nuevos espermatozoides.

¿El uso del lubricante mejora la probabilidad de lograr el embarazo?

Los especialistas afirman que los lubricantes pueden cambiar el pH vaginal, es decir, cambiar el equilibrio de los ácidos vaginales, lo que afecta la motilidad de los espermatozoides. Por ello, lo más recomendable es evitar el uso de lubricantes cuando se está intentando concebir y, en caso de necesitarlos, no hacer uso de vaselina.

¿El orgasmo femenino aumenta la probabilidad de concebir?

Es de suma importancia tener en cuenta que no es necesario que la mujer alcance el orgasmo para lograr la concepción. Muchas personas pierden gran cantidad de oportunidades de concebir sólo por encontrar el momento adecuado para tener relaciones sexuales, lo cual termina por obstaculizar las posibilidades de quedar embarazada, en lugar de aumentarlas.